Con este calor sofocante
Recuerdo el frío gélido de sus calles
Mi barrio.
Mi primer rincón,
de pavimento irregular y luces
Sin vida.
Farolas escasas a lo largo.
Y el parque-bosque en mitad del camino.
El hielo partiendo las ramas,
Haciendo crujir cada elemento a mi alrededor,
Dando peligro
A cada carretera,
Haciéndome danzar en un patinaje
Forzado.
Y cómo odié ese frío penetrante y agudo.
Hasta hartar.
Y cómo ahora lo sueño y lo añoro
Y lo siento en cada latir.
Ese frío es ya sangre que corre por mis venas
Que las coagula y las detiene
Y las retiene
En ese barrio,
en ese
Mi primer y cochambroso
Barrio,
Mi queridísimo
Barrio.
Kanfietka.